Una herramienta estrictamente relacionada con el compromiso laboral que genera emociones positivas y felicidad en el trabajo es el mindfulness. Este método que puede amplificar nuestra capacidad de concentración y, por tanto, fomentar el estado de flujo.
El mindfulness tiene sus raíces en las religiones y tradiciones orientales (hinduismo y budismo) y, a través de las prácticas de yoga, se ha popularizado en el mundo occidental como una especie de estado de meditación en el que la mente está totalmente concentrada y es consciente del tiempo presente, de dónde está, de lo que está haciendo, sin distraerse con lo que le rodea ni preguntarse por el pasado o el futuro.
Por ello, se suele afirmar que la atención plena implica la capacidad de prestar atención al presente sin juzgarlo, lo que significa que uno es capaz de estar abierto a cualquier pensamiento que surja en su mente, como si fueran pájaros volando sobre nuestras cabezas que simplemente observamos sin sentir la necesidad de analizar sus intrincados patrones. De este modo, nos volvemos más curiosos por naturaleza, más sensibles a nuestro bienestar y al de los demás, menos estresados y más conscientes de nuestra actitud positiva ante las presiones cotidianas.
El hecho de que el mindfulness nos ayude a centrar nuestra atención en lo que necesitamos y a ver los fallos de nuestro pensamiento, ayuda a alcanzar la fluidez y, por tanto, a mejorar nuestro compromiso en el trabajo.
En otras palabras, el mindfulness tiene que ver con la autoconciencia de los pensamientos, el equilibrio emocional, la gestión eficaz de las relaciones y, por tanto, la mejora de la conciencia social.
Según Pearson y sus colegas (2015 -http://www.awakeatwork.net/sites/default/files/Tang_1426855548_1%20-final.pdf), hay tres áreas o habilidades principales que se benefician de la atención plena:
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La regulación de las emociones está estrictamente relacionada con la forma positiva en que respondemos a las emociones y, por tanto, con nuestro bienestar.
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El control atencional está estrictamente relacionado con la capacidad de centrarse en un objeto, un sentimiento o una experiencia y permanecer conectado con ellos y, por tanto, con nuestra orientación hacia un logro profesional o académico específico, por ejemplo.
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La autoconciencia está estrictamente relacionada con la gestión del estrés en general y, por tanto, con actitudes más empáticas.
En conclusión, es evidente que el mindfulness es una herramienta clave para mejorar el compromiso en el trabajo, ya que tanto los empleados como los empresarios pueden:
Según lo expuesto, el mindfulness puede generar no sólo beneficios fisiológicos, sino también un impacto positivo en el bienestar, las relaciones y la creatividad en el lugar de trabajo al
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Ayudando a desarrollar estrategias positivas para afrontar entornos altamente estresantes y presiones laborales
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Afrontar mejor la complejidad
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Mejorar la autorregulación de pensamientos, emociones y comportamientos
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Mejorar la capacidad de recuperación ante los retos y, por tanto, el rendimiento de las tareas.
En particular, el mindfulness:
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Aumenta el engagement: Incluso las tareas más aburridas y menos relevantes pueden generar mayor compromiso a través de una actitud consciente que ayuda a cambiar nuestra perspectiva haciéndonos notar cosas nuevas en el momento presente.
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Reduce el estrés y la ansiedad: el mindfulness facilita el bienestar silenciando pensamientos y preocupaciones y permite a los empleados encontrar significado en su trabajo estando en el presente y encontrando nuevas perspectivas. Cuando el trabajo tiene significado, es más probable que los empleados estén comprometidos.
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Mejora la resiliencia: a través del mindfulness los empleados pueden entender sus emociones, su nivel de estrés y la capacidad de estos de influenciarlos. Por ellos pueden ser más resilientes, responder efectivamente a las situaciones, mejorar el trabajo, la conciliación y tener mejores resultados en su desempeño laboral.
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Aumenta la atención y la memoria:los empleados comprometidos con actitudes conscientes son capaces de enfocarse en el presente eliminando distracciones. Lo que, por supuesto, tiene un impacto positivo en su atención y su memoria.
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Mejora las relaciones interpersonales: el mindfulness en el trabajo puede reducir los conflictos referentes a la conciliación personal y laboral y mejorar la satisfacción en el trabajo. Esto resulta en relaciones más sanas en el trabajo y un aumento de la empatía y el compromiso.
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Creatividad: al ser capaces de regular sus emociones y reducir el estrés; los empleados conscientes son más creativos gracias a una mejor atención, receptividad a nuevas ideas y, como consecuencia, mejor generación de ideas.