La cultura interna de un equipo pequeño y mediano

El espíritu empresarial es algo más que liderar un negocio: también se trata de liderar personas y equipos que graviten hacia los mismos objetivos y valores. Como se ha visto en el material anterior, es importante que tu equipo se guíe por los mismos valores y tenga una mentalidad similar: así podrán rendir al máximo y mantenerse involucrados.

Muchas organizaciones se han visto afectadas por la pandemia en áreas que eran vulnerables incluso antes de su inicio: las cosas que se pasaron por alto empeoraron y salieron a la luz en los muy inestables primeros meses de 2020. La gente se sintió abrumada por problemas que podrían haberse solucionado antes de que empezara la crisis, acumulándose la incertidumbre y el miedo. Las organizaciones se volvieron inestables, los objetivos no se cumplieron y la insatisfacción aumentó. Algunas personas optaron por cambiar de trabajo y reflexionar sobre las cosas que quieren y necesitan. Y un gran número de estos problemas podrían haberse previsto y solucionado en el momento oportuno.   

Como fundador, tendrás que vigilar estos aspectos. Pero veamos, ¿qué es un líder? "Un líder es aquella persona que puede inventar realidades que aún no existen. Es una persona que consigue reunir a personas de mentalidad similar a la suya y dirigirse con ellas hacia la misma dirección, con la misma energía y propósito", dice Magor Csibi.  

Aquí hay 3 reglas muy útiles y prácticas de interacción humana para los emprendedores:   

  • Haz que la otra persona se sienta importante, pero de forma genuina. Un líder, un emprendedor es esa persona que quiere hacer cosas, que tiene mucha ambición. Por lo general, todo viene con el hecho de ser el centro de atención la mayor parte del tiempo, pero un buen líder sabe cómo compartir esta atención con los demás también, cómo hacerles sentir que pertenecen también y compartir este sentimiento de ser importante con ellos.   

  • Haz preguntas, no hagas peticiones. Un buen líder se rodea de gente que sabe esas cosas que él no sabe. En este caso, un líder puede motivar a su gente haciendo preguntas, y no diciéndoles lo que tienen que hacer o dándoles instrucciones. Esta es la llamada "microgestión" o "micromanagement" que la mayoría de los líderes terminan haciendo en sus equipos.   

  • Respeta las opiniones de los demás. Evita decir "no tienes razón", incluso cuando el otro está diciendo algo con lo que no estás de acuerdo. Más adelante expondremos una técnica que te ayudará a conseguir este equilibrio.   

Objetivos vs. comportamientos  

Any company has a vision (split in a mission, strategy, objectives and then tasks for each member of the team), that help reach the business’ goals. Si tu visión y todos los elementos están muy bien definidos, pero sigues sin alcanzar tus objetivos, entonces debes identificar algunos comportamientos que quizá no estén en sintonía con tu visión.   

Además de la misión y los objetivos de la empresa, siempre debes considerar tener valores similares a los de tus compañeros de equipo. Los valores determinan entonces las creencias, que determinan ciertos enfoques, que al final, determinan ciertos comportamientos. Por eso los líderes deben estar siempre conectados a todo el ecosistema de su negocio.   

Cuando los valores personales de alguien no coinciden con los valores de la organización, su rendimiento se ve influenciado negativamente, y esa persona probablemente dejará la organización en algún momento. Por eso las personas necesitan que sus valores, creencias, comportamientos y acciones sean reafirmados por los líderes a los que siguen.   

¿Cuáles son esos elementos que debes vigilar en tu empresa?   

Hay tres áreas a considerar:   

  • La estructura (flujos, normas de trabajo)   

  • La cultura (actitudes y comportamientos)   

  • La visión (el futuro de la empresa)  

Estas tres áreas se ven afectadas en tiempos de crisis:   

  • La estructura está dañada (los flujos y las normas de trabajo cambian)   

  • La cultura está invadida (las actitudes y los comportamientos están repentinamente invadidos)  

  • La visión no es clara (lo que determina un futuro desconocido)   

¿Cuáles son los pasos a tener en cuenta para ayudarte a tener un mejor control sobre estos aspectos?  

Empieza con unas preguntas:   

  • ¿Qué podemos hacer para reimaginar la visión?   

  • ¿Cómo podemos renovar la cultura de la organización?   

  • ¿Cómo nos conformamos con nuestra cultura empresarial?  

Este ejercicio es útil en tiempos de crisis, pero también contiene elementos que todo líder debería tener en cuenta y a los que debería recurrir en algún momento, para comprobar si la visión sigue siendo la misma o si hay que reorganizarla.   

En cuanto a la cultura de la organización, hay que "traducir" la nueva visión y los aspectos culturales. Desafortunadamente, como los tiempos están cambiando, no podemos comunicarnos como antes, y la mayoría de nuestras interacciones son ahora online, lo que lo hace aún más difícil.  

¿Cuáles deben ser tus prioridades? Preocuparte por tu gente, ante todo, ya que los verdaderos líderes deben ser auténticos y animar a su equipo a confiar más en ellos mismos (en lugar de hacer microgestión y controlar a todo el mundo). A nivel más personal, deben centrarse en el bienestar general de su equipo (físico y emocional), luego en el bienestar de sus compañeros y sólo después, pensar en los resultados.   

¿Cómo adaptar tu cultura organizacional y estilo de liderazgo a la nueva realidad?  

Está claro que la forma de trabajar cambió drásticamente a lo largo de los tiempos inciertos que la pandemia de COVID-19 trajo al mundo. Junto con todos los cambios que cada uno de nosotros tuvo que experimentar, podemos ver claramente cómo la forma de liderar (a uno mismo y a nuestros equipos) también se enfrentó a algunos cambios en el proceso y es obvio que también tenemos que adaptarnos a las estructuras de nuestra cultura organizacional.  

Toda esta crisis tiene su eco en todo lo que las personas, organizaciones o empresas hacen cada día. Por desgracia, la adaptación requiere mucha más flexibilidad, y al mismo tiempo, líderes que la faciliten.   

¿Por donde se puede empezar para entender bien la situación en tu organización?   

Empieza por analizar todos los factores que influyen en tus hábitos de trabajo diarios; considera también incluir aquellos que afectaron negativamente a las actividades de la empresa incluso antes de la crisis. Aquí tienes algunas preguntas que te ayudarán a empezar:   

  • ¿Cuáles son los factores que afectan a la cultura organizativa, la estructura y los resultados? ¿Algunos de estos factores están determinados exclusivamente por la crisis o hay algunas cuestiones existentes que la crisis acentuó?   

  • ¿Hay alguna conversación que estés evitando en este momento?   

  • ¿Cómo puedes reconstruir tu negocio?   

  • ¿Cuáles son los aspectos que podrían necesitar un "refuerzo" y cómo puedes reconstruirlos? ( Incluye aquí aquellos procesos y hábitos de los que puedes prescindir)  

  • ¿Cuáles son esos mensajes y esfuerzos incómodos de los que puedes hablar ahora?   

  • ¿Cómo puedes mejorar la capacidad de recuperación y la resistencia de tu equipo?   

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