Cómo desarrollar una cultura organizativa sostenible

"Determina qué comportamientos y creencias valoras como empresa, y haz que todo el mundo sea fiel a ellos. Estos comportamientos y creencias deberían ser tan esenciales para tu núcleo, que ni siquiera pienses en ello como cultura." - Brittany Forsyth, vicepresidenta de relaciones humanas, Shopify

Cuando empiezas a crecer como empresario y tienes un equipo grande o pequeño, es importante planificar y ejecutar una estrategia organizativa y una cultura que sea coherente con tus creencias y con el enfoque del triple balance que hemos ido aprendiendo en los últimos módulos.  

Una cultura organizativa es el conjunto de creencias, ideologías, procesos y actitudes de las personas que componen una organización. Puede formarse orgánicamente por sí misma y también puede estar enmarcada e influenciada por las prácticas y políticas internas de la organización.  

Como explica la Harvard Business Review, la cultura de una organización también orienta las decisiones de sus miembros al establecer y reforzar las expectativas sobre lo que se aprecia y cómo deben hacerse las cosas, proporcionando un sentido de identidad a sus miembros -cuyos comportamientos refuerzan y remodelan constantemente la cultura- sobre quiénes son y qué hacen.  

Si se hace bien, una estrategia de sostenibilidad significa, en primer lugar, revisar el propósito y la misión de una empresa. Significa pasar de una mentalidad que da prioridad a las partes interesadas, a una visión del mundo centrada en la naturaleza que considera la creación de valor para todos.  

Estas estrategias de sostenibilidad ayudan a las empresas a prepararse antes de solicitar normas de sostenibilidad, como la certificación B Corp. Suelen incluir el desarrollo de un análisis de materialidad, la medición de los impactos de la empresa y el desarrollo de una matriz de teoría del cambio.  

Su cultura de sostenibilidad puede ser fuerte o débil. Una cultura fuerte existe si las personas comparten la creencia en la importancia de la sostenibilidad y se comportan de manera que la apoyen, incluyendo la toma de decisiones que equilibren las consideraciones a largo plazo con las necesidades a corto plazo.  

Tradicionalmente se ha hablado de un triángulo de oro del diseño organizativo, que estaría compuesto por 3 variables:  

Contexto/entorno: El entorno condiciona el diseño organizativo. Cuando el entorno es muy predecible, se ha buscado una estructura jerárquica basada en muchas reglas.  

Cuando el entorno es caótico o complicado, se busca un entorno de pruebas para cambiar y cometer errores rápidamente. Esta es la razón por la que muchos fundadores o líderes buscan ahora cambiar el diseño organizativo, porque las jerarquías no son ágiles en un entorno VUCA.  

Equipo/Personas: En esta parte nos referimos específicamente a cómo se toman las decisiones. Tradicionalmente, se ha dado por sentado que debe haber una jerarquía. Pero Internet, y su forma de organización distribuida, está llevando al mundo a una nueva era de colaboración, basada en jerarquías en red. 

Producto: Todos los productos y servicios pasan por cuatro fases: idea, prototipo, producto y mercancía. Todo evoluciona hasta que se automatiza. Según la fase de esta evolución, es más apropiado el diseño de una startup o el de un commodity.  

Las organizaciones con una sólida cultura de sostenibilidad se esfuerzan por apoyar un entorno saludable y mejorar la vida de los demás, al tiempo que siguen funcionando con éxito a largo plazo.  

Pero, ¿cómo se pueden crear esas culturas empresariales sostenibles?  

El papel del líder  

Como modelos de la empresa, los fundadores/líderes desempeñan un papel fundamental a la hora de mostrar a todo el mundo la importancia de la sostenibilidad para la organización, por ejemplo, favoreciendo las opciones de rentabilidad a largo plazo frente a las de corto plazo en todas las comunicaciones para que todo el mundo recuerde que los atajos para obtener beneficios a costa del planeta y la sociedad no son la forma de "hacer las cosas".  

Además, los hechos hablan más que las palabras: utilizar el transporte público con regularidad o llevar una dieta basada en productos vegetales son signos de dar ejemplo y enviar a todo el mundo una fuerte señal.  

Crear rituales  

Crear creencias compartidas sobre la importancia de la sostenibilidad . La cultura surge cuando su equipo comparte una serie de nociones entendidas sobre la sostenibilidad. Asegúrese de que la visión de sostenibilidad de la empresa se recuerde y celebre regularmente de diferentes maneras y a diferentes escalas. La organización de actividades como las semanas de la sostenibilidad, los concursos de equipos o las campañas de comunicación también ayudan a los empleados a conocer los temas de sostenibilidad.  

La comunicación está en todas partes  

El lenguaje y los colores utilizados para las comunicaciones internas y externas, el tipo de alimentos o bebidas que se consumen habitualmente, una mascota animal, una oficina llena de plantas, todo ello ayuda a comunicar su visión de la sostenibilidad, reforzando un sentido de pertenencia y cohesión y una cultura de sostenibilidad. Facilite las acciones centradas en la sostenibilidad tanto en el trabajo como en la vida personal.  

Promover y recompensar los comportamientos ecológicos.  

Todo equipo tiene miembros que ya se preocupan por el medio ambiente. Estas personas suelen estar dispuestas a contribuir a la creación de una cultura de sostenibilidad: ¡encuéntralas y reconócelas formalmente! Se les puede utilizar como facilitadores/comunicadores de las iniciativas de sostenibilidad-. 

Compartir información y formación 

Asegúrese de que usted y su equipo no se queden atrás y participen en la formación sobre sostenibilidad y en los foros donde se comparten y discuten las mejores prácticas. 

Todas estas acciones contribuirán a crear y mantener una cultura organizativa sostenible.

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