Si va a fundar un negocio de comercio electrónico, es casi seguro que se encuadrará en una de estas cinco categorías. Cada una de ellas tiene su propio conjunto de ventajas y desventajas, y muchas empresas operan en varias categorías al mismo tiempo. Saber a qué casilla pertenece su gran idea puede ayudarle a pensar en sus posibilidades y peligros de una forma más imaginativa.
B2C - Negocio a consumidor
Las empresas que venden a los consumidores se conocen como B2C. Dado que el modelo B2C es el modelo de negocio más frecuente, abarca una amplia gama de opciones.
Cualquier compra que usted haga como cliente en un negocio en línea - piense en la ropa, las necesidades del hogar y el entretenimiento - es una transacción B2C. Una compra B2C tiene un proceso de toma de decisiones mucho más rápido que una compra B2B, especialmente para productos de menor valor.
Piense en esto: decidirse por un nuevo par de zapatillas de deporte es mucho más fácil que investigar y comprar un nuevo proveedor de servicios de correo electrónico o de catering para su organización.
Debido al evidente acortamiento del ciclo de ventas, las empresas B2C gastan menos dinero en marketing para generar una venta, pero también tienen un valor medio de pedido más bajo y menos compras recurrentes que las empresas B2B. Y B2C no se refiere sólo a los artículos, sino también a los servicios.
Los empresarios de B2C han hecho uso de tecnologías como las aplicaciones móviles, la publicidad nativa y el retargeting para promocionar directamente a sus consumidores y, al mismo tiempo, hacerles la vida más sencilla.
B2B - Business to Business (empresa a empresa)
Una empresa que vende su producto o servicio a otra empresa representa un modelo de negocio B2B. El comprador es a veces el usuario final, aunque la mayoría de las veces el comprador revende al consumidor.
Las transacciones B2B tienen un ciclo de ventas más largo, pero un mayor valor de los pedidos y una mayor repetición de los mismos.
Los recientes innovadores del B2B se han hecho un hueco dejando de lado los catálogos y las hojas de pedido en favor de los sitios de comercio electrónico y una mejor orientación al mercado especializado.
Los millennials representarán más de la mitad de los compradores B2B en 2020, casi el doble que en 2012. La venta B2B en el ámbito de Internet es cada vez más importante a medida que las generaciones más jóvenes entran en la edad de completar las transacciones comerciales.
C2B - De consumidor a empresa
Los particulares pueden vender bienes y servicios a las empresas a través de las empresas C2B.
En este enfoque de comercio electrónico, un sitio web puede permitir a los clientes publicar las tareas que necesitan que se realicen y hacer que las empresas compitan por el trabajo. Los servicios de marketing de afiliación también se clasifican como B2B.
Al ayudar a las empresas a contratar autónomos, Upwork fue uno de los primeros en desarrollar este concepto.
La ventaja competitiva del negocio de comercio electrónico C2B reside en el precio de los bienes y servicios.
Esta estrategia permite a los clientes la oportunidad de elegir su propio precio o hacer que las empresas compitan directamente por su negocio.
Recientemente, este enfoque se ha utilizado de forma creativa para conectar a las empresas con los influencers de las redes sociales con el fin de vender sus productos.
C2C - Consumidor a consumidor
Un negocio de consumidor a consumidor (C2C), a menudo conocido como mercado en línea, pone en contacto a los clientes para intercambiar productos y servicios y gana dinero cobrando comisiones por la transacción o el listado.
En los primeros tiempos de Internet, empresas como Craigslist y eBay fueron pioneras en este concepto.
Las empresas C2C se benefician de la expansión autoimpulsada de compradores y vendedores motivados, pero el control de calidad y el mantenimiento de la tecnología son retos importantes.
D2C - Directo al consumidor
El Direct to Consumer es el paradigma más reciente del comercio electrónico y las tendencias en este sector cambian constantemente. D2C se refiere a cuando una empresa vende directamente a su cliente final en lugar de hacerlo a través de un minorista, distribuidor o mayorista. Las suscripciones son un producto popular de D2C, y la venta social a través de plataformas como Instagram, Pinterest, Facebook, SnapChat y otras es una forma popular de vender directamente a los consumidores.